miércoles, 17 de noviembre de 2010

PEQUEÑA PIEZA PARA ORQUESTAS DE CAMARA

Existen ciertos círculos intelectuales en Colombia (aunque ´´aquí no hay círculos intelectuales´´, dice Fernando Gonzales, ´´sino cursillos y mesas redondas, cuevas de ausencia llamadas universidades´´) y, bueno, existen ciertos círculos de literatos, digamos, que suelen desconfiar de un escritor cuya obra se vende por miles. El éxito es visto como algo sospechoso. La verdadera literatura es para una elite; si un autor puede vivir decorosamente con los ingresos provenientes de su creación literaria, se supone que lo escribe debe ser mero pulp fiction. De paso olvidad, quienes piensan así, que EL Quijote gozó de muchas ediciones aun en vida de Cervantes, y que cada nueva obra de la pluma de Shakespeare aseguraba ´´Al Globo´´ una buena taquilla.
Como sea, David Sánchez juliao ha sido víctima de aquella tonta creencia según la cual el éxito de librería es señal de mediocridad. Para algunos, el hecho de que varias de sus obras sirvieran como bases para serie de televisión (o soap operas, como se llaman despectivamente) lo descalifico como autor serio.
Afortunadamente, fue otra su suerte en Europa. El distinguido critico Jacques Gilard (celebre entre nosotros por su cuidadosa recopilación de la obra periodística de García Márquez[1]) no vacilo en saludar a Sánchez juliao desde ´´su libro inaugural´´, ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papa?, como un autor que ´´proponía algo nuevo en la literatura colombiana´´. De allí en adelante, como lo reconoció Gilard en su momento, Sánchez juliao comenzó a abrir camino; tanto que, en 1981, el comentarista francés ya pudo afirmar que el autor nos había llevado ´´al umbral de un cuestionamiento que se anuncia al termino de un ciclo de polifacéticas búsquedas´´.

Han pasado los años-casi veinte, para ser exactos-y ahora Carlos Arboleda Gonzales rompe con el vicio de los círculos literarios colombianos para descubrir, con entusiasmo y lucidez, el resultado de aquel ´´cuestionamiento´´, de aquellas ´´búsquedas´´. Nos revela como, durante la década de los ochenta y de los noventas, nuestro autor venía trabajando arduamente en la construcción de una ambiciosa trilogía concebida en torno a tres grandes vetas en la cultura musical de América Latina. Como lo muestra Sánchez juliao-y como lo analiza Arboleda-estas fuentes de música popular reflejan (y a la vez alimentan) ciertas matrices culturales con ramificaciones casi infinitas.


[1] En narradores de hoy, Bruguera, Barcelona, 1981

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